jueves, 16 de abril de 2009

La gran conspiración bancaria


El engaño del dinero:

Cómo los bancos crean dinero virtual

Por: Ellen Brown – Traducido por: jota-jota

"Creo que las instituciones bancarias son más peligrosas a nuestra libertad que los ejércitos. De los norteamericanos permitir siempre que los bancos privados controlen la emisión de su dinero, primero por inflación, entonces por deflación, los bancos y corporaciones que crecen alrededor de los bancos privarán a las personas de sus propiedades hasta cuando sus hijos despierten sin hogar en el continente que sus padres conquistaron.”

Thomas Jefferson, 1802



Ha sido llamado: "el acto de prestidigitación más asombroso jamás concebido". La creación del dinero, ha sido privatizada y usurpada del Congreso por la banca privada. La inmensa mayoría de la gente supone que el dinero es emitido por el gobierno, mas ese no es el caso. Excepto con las monedas, que componen solo cerca de una milésima parte de la masa monetaria total de los Estados Unidos, ahora todo su dinero es creado por los bancos. Los billetes federales son ahora emitidos por el Banco Federal de la Reserva (Federal Reserve Bank), una corporación privada, y prestados al gobierno. Además, los billetes y monedas federales juntos componen menos que el 3 % de la masa monetaria. El otro 97 % es creado como préstamos por los bancos mercantiles.

¿No cree que los bancos crean el dinero que prestan? Tampoco lo hizo un jurado en Minnesota, hasta cuando escuchara la evidencia. El First National Bank of Montgomery v/s Jerome Daly fue todo un drama judicial digno de un guión cinematográfico. El acusado, Daly, se opuso a la ejecutoria de una hipoteca del banco sobre un empréstito hipotecario de $14.000 argumentando que no se le otorgó consideración cuando le fue concedido el préstamo. La consideración, es un elemento esencial de un contrato. Daly, un abogado autodefendiéndose, alegó que tal banco no había usado dinero verdadero, sino virtual, para efectuar la operación. Los procedimientos de la corte fueron registrados por el juez asociado Bill Drexler, cuyo papel principal fue mantener el orden en una sala muy tensa, donde hasta los abogados amenazaban con una pelea a puñetazos. Dicho juez no había dado mucho crédito a lo alegado por la defensa hasta cuando el Sr. Morgan, presidente del banco, ocupara el estrado judicial. Para sorpresa de todos, admitió que para llevar a cabo sus préstamos el banco rutinariamente “creaba dinero de la nada” y que esto era práctica común en la banca de Estados Unidos y casi todo país del mundo. "Me suena muy fraudulento," expresó el juez presidente Martin Mahoney, entre asentimientos de varios miembros del jurado. En su memorando a ese tribunal, el juez Mahoney agregó que: “El demandado, admitió que en combinación con el Federal Reserve Bank de Minneapolis, ... creó los $14.000 en dinero y crédito en sus propios libros contables mediante un simple asiento. Que tal fue la consideración usada para sustentar la nota crédito del 8 de mayo de 1964 y la hipoteca de esa fecha. El dinero y dicho crédito solo existieron cuando el banco los creó mediante un artificio de contabilidad.” El Sr. Morgan admitió que ninguna ley o estatuto de los EEUU existían que les diera el derecho de hacer tal cosa. Una consideración lícita debiera existir y ser ofrecida para apoyar tal acción.

La corte rechazó el reclamo del banco para ejecutar la hipoteca y el acusado mantuvo su casa. Para Daly, las implicaciones fueron enormes. Si los banqueros en verdad otorgaban crédito sin consideración –en tales casos sin apoyar sus préstamos con oro que realmente almacenaran- y eran autorizados para prestar, una decisión invalidando sus préstamos podría derribar la base del poder financiero en todo el mundo. También se escribió en un periódico de noticias local que: “Esta decisión, legalmente firme, tiene por efecto declarar nulas y sin efecto las hipotecas de bienes raíces y los bonos de Estados Unidos expedidos por la Reserva Federal. Esto equivale a una emancipación de las deudas personales, estatales y nacionales del país, mantenidas con el sistema bancario privado. Cada norteamericano debe estudiar esta decisión con mucho cuidado, pues de ella ciertamente depende la diferencia entre la libertad y la esclavitud.”

Sobraría decir, sin embargo, que la decisión, así nunca fuera denegada, no modificó tal práctica. Fue oída en una Corte Judicial de Paz, sistema autónomo que data de cuando para los acusados era problemático viajar a las grandes ciudades a responder citaciones. En ese sistema, los jueces y tribunales actuaban por si mismos. El juez Mahoney, que no dependía del financiamiento de su campaña ni estaba incapacitado por precedentes, fue tan lejos hasta amenazar con procesar y exponer el banco ante la opinión pública. Murió menos de dos meses después del juicio, en un misterioso accidente que al parecer involucraría envenenamiento. Desde entonces, un número creciente de prestatarios se ha declarado en rebeldía recurriendo a la defensa que Daly erigiera, pero apenas han tenido un éxito limitado. Además, dicho juez extraoficialmente sentenció que:

“Si yo permitiera que usted y los demás hicieran eso, todo el sistema bancario se desplomaría. No puedo permitir que se haga tras el mostrador del banco. Nosotros no vemos tras esa cortina!” De vez en cuando, sin embargo, la cortina es levantada lo suficiente para uno poder ver tras ella. Reputadas autoridades han atestiguado sobre eso, incluyendo el Dr. Josiah Stamp, presidente del Bank of England y segundo hombre más rico en Gran Bretaña en los años veinte. Declaró que: “La banca genera dinero de la nada. Acaso es el truco de prestidigitación más asombroso jamás concebido. La banca fue creada en la injusticia y nacida en el pecado. ... Los banqueros, poseen la tierra. Quítensela, pero dejándoles el poder de crear dinero, y con solo un golpecito de pluma producirían el suficiente para comprarla de nuevo. ... Quítenles el poder, y las grandes fortunas desaparecerían, puesto que para ellos este sería un mundo mejor y más feliz para vivir. ... Pero si se desea continuar siendo esclavo de la banca y pagar el costo de su propia esclavitud, entonces permita que sigan creando dinero de la nada y controlando el crédito a su omnímoda voluntad.”


El Sr. Robert H. Hemphill, gerente crediticio del Federal Reserve Bank de Atlanta durante la Gran Depresión manifestó en 1934 que: “Dependemos de los bancos. Alguien tiene que pedir prestado cada dólar que circula en dinero o en créditos. ... Si crean dinero sintético, somos prósperos; si no, moriríamos de hambre. ... Es un asunto sumamente importante, que personas inteligentes pueden investigar y sobre lo cual todos debiéramos reflexionar.”

Graham Towers, gobernador del Banco de Canadá entre 1935 y 1955, admitió que: “Los bancos crean dinero. Para eso existen. ... El proceso manufacturero para crearlo consiste en efectuar una entrada en sus libros contables. Eso es todo. ... Cada vez que cualquier banco hace un préstamo, una nota crédito bancaria es creada y de tal manera es producido dinero completamente nuevo.”

Robert B. Anderson, Secretario del Tesoro bajo Eisenhower, dijo en una entrevista realizada el 31 de agosto de 1959 y publicada por la revista U.S. News and World Report que:”Cuando un banco hace un préstamo, apenas añade a la cuenta del prestatario en el banco la suma prestada. El dinero no se toma del depósito de otro cuentahabiente ni es pagado con anterioridad al banco por cliente alguno. Es dinero nuevo, creado por el banco para endeudar al prestatario de turno.”

¿Cómo se originó tan astuta maniobra, que supera con creces el “esquema piramidal Ponzi” que ha estado en boga en países como Estados Unidos y Colombia, y cómo ha sido posible ocultarlo a millones de habitantes durante tantos años hasta el extremo de que son más bien poquísimos quienes en verdad lo conocen? Para contestar esas preguntas necesitamos regresar al siglo XVII.

Las astutas maniobras de los orfebres


En Europa del siglo XVII, el comercio se realizaba principalmente con monedas de oro y plata. Las monedas eran durables y tenían valor por sí mismas, pero era difícil transportarlas a granel y podían ser robadas si mantenidas bajo candado. Por lo tanto, muchos guardaron sus monedas en establecimientos de orfebres, que tenían las cajas fuertes más seguras en la región, quienes les expedían muy convenientes recibos de papel que podían ser comercializados en lugar de las voluminosas monedas que representaran. Estos recibos también fueron usados cuando quienes precisaban de dinero acudieran a los orfebres para de ellos obtener empréstitos.

La diablura empezó cuando los orfebres advirtieron que solo cerca del 10 al 20 % de sus recibos regresaban para ser redimidos en oro. Podían prestar sin peligro sobre lo contenido en sus cajas fuertes a un interés multiplicado varias veces a condición de mantener del 10 al 20 % del valor de sus préstamos en oro para satisfacer la demanda. Así crearon "papel moneda" (recibos para préstamos) valiendo varias veces el oro que tuvieran almacenado. Típicamente, expedían notas y préstamos hechos en cantidades que eran hasta 4 y 5 veces sus verdaderos inventarios de oro. A un interés del 20% anual, igual cantidad de oro se prestaba 5 veces y producía un retorno del 100% anual sobre oro que realmente no poseyeran y que no podrían prestar del todo legalmente. Por si solo, explica las obscenas ganancias de las operaciones que la banca se atreve a divulgar cada vez que pretende difundir una imagen de solidez y respetabilidad, que oculte la verdadera.

Mientras tuvieran cuidado de no extender demasiado esos "créditos," los orfebres podían llegar a ser muy ricos, sin tener que producir nada de valor. Puesto que el capital principal era prestado dentro de la masa monetaria, más dinero fue finalmente debido como capital principal e interés que aquel que la gente como un todo poseyera. Ella tenía que solicitar continuamente renovados préstamos de papel moneda para cubrir sus insuficiencias, causando que la riqueza del pueblo y el país fuera recirculada hacia las bóvedas de los orfebres-convertidos-en-banqueros, mientras los ciudadanos, organismos e instituciones quedaban progresivamente atrapados en sus deudas, a menudo impagables, tal y como las moscas quedan irremediablemente apresadas en las redes tejidas por las astutas y pacientes arañas para cazarlas y devorarlas.

Siguiendo este modelo, en los Estados Unidos del siglo 19 los bancos privados imprimieron sus propios billetes en sumas hasta diez veces las verdaderas reservas de oro. Fue llamada la banca de "reserva fraccionaria", significando que sólo una fracción de los depósitos totales manejados por un banco era mantenida en "reserva" para poder satisfacer la demanda de sus depositantes. También hubo frecuentes carreras hacia los bancos de clientes vueltos incrédulos exigiendo el oro, con frecuencia terminando por originar su quiebra, tornando inestable el sistema bancario. En 1913, el sistema de billete bancario se consolidó en uno de billete bancario nacional único bajo el Federal Reserve Bank (o "Fed"), corporación que ha poseído el derecho de imprimir los billetes federales de reserva y prestarlos al gobierno. Estos billetes, que fueron emitidos por el Fed por el costo de su impresión, vinieron a formar la gran base de la masa monetaria nacional.

Como ahora ocurre, 20 años después el país enfrentó una depresión masiva; la masa monetaria se contrajo, muchos bancos cerraron sus puertas y el oro huyó a Europa. Entonces, los dólares debían tener un 40 % de respaldo en oro, por lo cual junto al valor de cada dólar que se fugara 2,5 dólares en créditos también se esfumaron. Para evitar que la espiral deflacionista desplomara la masa monetaria, en 1933 el Presidente Roosevelt sacó el dólar del patrón oro. Hoy la Reserva Federal aun opera el sistema "fraccionario de la reserva", pero sus "reservas" apenas consisten en lo que el gobierno vincule. El gobierno imprime bonos, la Reserva Federal emite billetes de reserva y con ello básicamente intercambian montones de papel dejando al gobierno endeudado con una corporación bancaria privada, la cual resulta ser el célebre y poderoso Federal Reserve Bank, por concepto de dinero que él mismo pudo haber emitido, completamente libre de deudas.

Robo mediante la inflación


La M3, era la mayor medida de la masa monetaria de EEUU. En febrero de 1988 se disparó por encima de los $3,7 trillones a $10,3 trillones 14 años después, cuando el Fed cesara de cubrirla. ¿Por qué el Fed la dejó sin cobertura?, fue sugerido en marzo de 2006 por John Williams en el sitio llamado www.shadowstats.com, el cual mostró que por la primavera de 2007 la M3 crecía con la asombrosa tasa del 11,8 % anual. ¡Mejor es no hacer demasiado públicas dichas figuras! La pregunta correcta, sin embargo, sería: ¿De dónde vino todo ese nuevo dinero? El gobierno no aumentó el acuñado de monedas y ningún oro fue añadido a la masa monetaria desde cuando el estado, en 1933, renunció al patrón oro. Este nuevo dinero sólo pudo ser creado privadamente como "crédito bancario" y avanzado a manera de préstamos.

El problema con aumentar la masa monetaria de tal modo, es que, por supuesto infla los precios. Más dinero compitiendo por los mismos bienes alza los precios. El dólar compra menos y roba el valor adquisitivo del dinero a la gente. De la inflación desenfrenada, generalmente se culpa al gobierno, acusado de activar las imprentas de billetes para gastar y gastar sin tener que recurrir al políticamente impopular expediente de tener que aumentar los impuestos. Pero como anotado antes, el único dinero que el gobierno de EEUU actualmente produce son monedas. En países en los cuales el banco central ha sido nacionalizado, el papel moneda puede ser aun emitido por el gobierno, junto con monedas, pero el papel moneda solo compone un porcentaje pequeño de la masa monetaria. En Inglaterra, donde el Bank of England fue nacionalizado después de Segunda Guerra Mundial, los bancos continuaron creando como préstamos el 97 % de la masa monetaria.

La inflación de los precios, es apenas un problema con el sistema de creación privada de dinero. Además, los bancos crean sólo capital mas no intereses necesarios para repagar sus préstamos. Desde que virtualmente toda la masa monetaria es creada por los mismos bancos, más dinero debe ser puesto en existencia continuamente, justo para pagar el interés debido a los banqueros. Un dólar prestado al 5 % anual llega a ser 2 dólares en 14 años. Significa que la masa monetaria debe duplicarse cada 14 años, solo para cubrir los intereses adeudados por el dinero existente al principio de este ciclo de 14 años. Las propias figuras del Fed confirman que desde 1959 la M3 se duplicó o más cada 14 años, cuando comenzó a cubrirlo. También, significa que cada 14 años los bancos absorben tanto dinero en intereses como el habido 14 años antes en toda la economía. Este tributo, es pagado por prestar algo que los bancos nunca tendrían realmente que prestar, lo cual hace de semejante conspiración la estafa más grande jamás perpetrada, puesto que ahora mismo afecta toda la economía global. La privatización del dinero, es causa fundamental de la ignorancia, la violencia económica, la pobreza, un gobierno infradotado y una clase gobernante oligárquica que frustra cada intento de sacudirlo para que afloje un poco las riendas del poder.

El problema, sólo puede ser corregido invirtiendo el proceso que lo creara. El Congreso necesita retomar el poder constitucional para emitir todo el dinero de que precise la nación. La banca de "reserva fraccionaria" debe ser eliminada, limitándose a prestar solamente fondos preexistentes. Si el poder de crear dinero vuelve al Estado, la deuda federal podría ser saldada, los impuestos cortados y los programas del gobierno expandidos. Al contrario de lo que muchos aun suponen, saldando la deuda federal con nuevos billetes de EEUU no sería peligrosamente inflacionario porque los bonos del tesoro ya irían incluidos en la más amplia medida de la masa monetaria. Los dólares, solo reemplazarían los bonos quedando el total inmodificado. Si la deuda federal estadounidense del 2006 hubiera sido saldada en dicho ejercicio económico, los ahorros por no deber pagar intereses a la banca habrían sido $406 mil millones, suficiente para eliminar déficit presupuestario de ese año, que fuera $390 mil millones de dólares, con el dinero para la reserva.

La banca presta 70 y más veces lo captado

Por: Alain Pilote – Traducido por: jota-jota

Los bancos no prestan el dinero de sus depositantes; crean el dinero que ellos mismos prestan.

Esta manera de los bancos crear dinero nuevo data de la Edad Media, cuando el oro era la única forma de dinero. Quien lo poseyera, por temor de que fuera robado lo depositaba en manos de los orfebres, quienes a sus propietarios expedían recibos del oro que les protegieran en sus bien blindadas bóvedas. Así, en vez de pagar con oro al comprar bienes, pagaban con los recibos que habían obtenido de los joyeros, los cuales probaban que tenían oro depositado en sus bóvedas. Quien era pagado con dichos recibos se convertía en nuevo propietario de su oro guardado en la bóveda de un orfebre y así era libre de retirar en cualquier momento el metal certificado por él.

El orfebre notó que la mayor parte de la gente prefería intercambiar recibos que retirar el oro. Por ejemplo, por cada orohabiente que fuera al orfebre y le reclamara su oro diez no volverían, prefiriendo intercambiar los recibos expedidos por aquel. También descubrió que podía expedir, sin riesgo, diez veces más recibos que el oro físico que tuviera en su bóveda. Mientras la misma proporción de personas no apareciera en su lugar de operación y pidiera su oro el orfebre podía continuar con el timo; pero si todos los clientes de repente aparecían y exigían su oro el sistema colapsaría y el fraude sería desvelado El joyero no podría devolverlo todo, puesto que habría 10 y hasta más veces menos oro del que fingiera tener protegido por su sin embargo sólida bóveda.

Los bancos privados actuales operan de igual manera. Notaron que por cada persona que quería ser pagada en efectivo (con papel moneda) cerca de 10 sólo transferían figuras de una cuenta a otra sin usar ningún dinero en efectivo. Hoy, más de 95% de las transacciones monetarias de la nación se hacen con cheques y dinero plástico y menos de 5% con dinero en efectivo, el cual, de todas maneras, posee casi totalmente. Esto es lo que permite a los bancos prestar más dinero del que se supone tuvieran, lo cual hace que mágicamente produzcan dinero virtual y no verdadero.

Por ejemplo, con solo $1 millón de reserva en efectivo, un banco puede prestar $10 millones en créditos o en dinero contable (no papel moneda, pero que figura escrito en cuentas bancarias.) La única restricción a esta creación de crédito es el temor de que demasiadas personas vayan al banco y exijan ser pagadas en efectivo, puesto que el banco sólo podría devolver en efectivo a cerca de uno de cada 10 clientes. Una de las maneras de los bancos protegerse a sí mismos en contra de dicha posibilidad, es la de estimular a sus depositantes a dejar su dinero en el banco durante tanto tiempo como les fuera posible, recibiendo a cambio intereses a veces favorables, que se pueden pactar por períodos renovables de uno, dos, tres o más años.


Últimamente, el uso de dinero plástico y el expedido en cheques ha crecido notablemente y los banqueros así pueden crear mayor porcentaje de dinero contable, o virtual. Por ejemplo, para el tercer trimestre de 1995 los bancos canadienses tenían $3 mil millones en efectivo, mientras que prestados por el mismo período contabilizaban $216 mil millones de dólares, o setenta veces la cantidad de dinero en efectivo que realmente almacenaban. ... ¡Magia verde!, diría toda la gente.

Hasta enero de 1992, el Acta Bancaria canadiense exigía una reserva mínima efectiva del 4 %, pero en el gobierno federal decretó una versión mejorada de tal Acta Bancaria, indicando que a partir de enero de 1994 la reserva primaria en forma de dinero efectivo que un banco debería mantener sería nula. Es decir, !cero!


El dinero de “Monopolio” que crea la banca


Por: Alejandro de la Roche – Traducido por: jota-jota


La crisis -¿o depresión?- actual no difiere mucho de la que a inicios de los 30 vapuleó al mundo. Las cifras implicadas han dado un salto sin precedentes. Tampoco es muy notorio lo que pudiera diferenciar la banca de entonces y la que durante siglos le precediera, de la de la era informática, cuando el computador y los cajeros automáticos le proporcionan ganancias tan espectaculares.

A la banca comercial no la limita la ley al otorgar créditos. El único límite, es el que unos pocos clientes aun quisieran ser pagados en efectivo. Así es fácilmente comprensible por qué la banca hace lo posible para eliminar el uso del dinero en efectivo, favoreciendo las tarjetas de crédito, débito, los pagos directos y cheques, para eliminar todo dinero efectivo que haya en circulación.

Promueve la existencia de sólo una clase de dinero: el dinero electrónico. Nuestros ciudadanos deben hacer lo posible para evitar la eliminación del dinero en efectivo, puesto que lo planeado por la banca se realizaría y no habría más dinero en efectivo, consumándose así la estafa más grande de la historia, la cual daría un control absoluto sobre cada individuo y toda la economía.

Convertida en el Gran Hermano que presagió Wells en su obra “1984”, nada le impedirá llegar a tener bajo su control hasta el último euro, dólar o peso que produzca la economía mundial y junto con ese océano de dinero hasta la vida privada misma de todo individuo, significando que incluso hasta nuestra propia libertad ya se halla siendo secuestrada por tan codiciosa fraternidad.

Cuando se solicita un crédito, no es de las reservas en efectivo de donde procedería, sino de un mero asiento en sus libros contables. Un asiento de dinero inexistente y por lo tanto virtual que sin embargo debe repagarse al banco junto con los intereses pactados no con aquellos billetes también virtuales del divertido juego del “Monopolio”, sino con dinero real, contante y sonante.

Mientras presta muchas veces lo captado, sus empréstitos no gozan de más respaldo que la hoja que avala una cifra como prestada. Ninguna ley le puede obligar a tener en su bóveda un igual monto lo prestado, por lo cual una mínima parte de lo captado es reciclado por ventanilla y los cajeros automáticos. El resto, se ve convertido en activos de los accionistas más privilegiados.

Gracias a los paraísos fiscales más apropiados para mantener bajo absoluto secreto la operación, gran parte de dichos activos terminan siendo transferidos a empresas fantasmas invulnerables a cualquier intento de recuperarlos, de ser formalizada la quiebra de un banco cualquiera, en cuyo caso los clientes deben aceptar ser indemnizados con activos que aun estuvieran sin traspapelar.

Puesto que cualquier acción judicial contra una de tales empresas colisionaría de frente con la jurisdicción soberana del paraíso fiscal, a quienes afecten las trampas de un banco que quiebre no queda camino distinto a la resignación. Al otro lado de la mesa estarán los banqueros y los mayores accionistas, quienes juegan al póker sumamente bien; tanto, que pocas veces pierden.

Y si algo aparentaran perder, no habría mayor problema para el Fed y el gobierno que avalar los enormes empréstitos destinados a salvarles y con que multiplicar sus ya voluminosos capitales, mientras los medios de comunicación, usualmente a su incondicional servicio, hacen creer a la incauta ciudadanía que misteriosos eventos pudieron haber causado sus pérdidas tan cuantiosas.

Cuando visto a escala global, todo lo anterior puede dar una idea del gigantesco agujero negro hacia donde se precipita la economía mundial de ser incapaces de poner toda la banca en cintura y sustituir el sistema monetario por uno nuevo y eficaz que vele por los intereses de las naciones y sus pueblos, en vez de los tan egoístas que a cualquier precio quieran satisfacer los banqueros.

De no poner fin a la infinita espiral de dinero virtual con que la banca se apodera de las riquezas mundiales, la crisis en gestación pronto desataría la más aterradora de las reacciones en cadena imaginadas: aquella que causaría un cataclismo financiero y monetario de tan magna dimensión, que finalmente a todos y cada uno haría experimentar la peor de las pesadillas: ¡el Apocalipsis!

Ooo XXX ooO


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1 comentario:

  1. ya lei sobre este tema en documentales y libros y de quienes estan detras de este siniestro poder que domina al mundo ellos son los judios sionistas que son los que trabajan para una secta religiosa que adora al diablo que son los masones quienes se disfrazan de corriente filosifica en busca de la verdad y superacion personal eso es una fachada en realidad adoran al diablo y que este esta esta tratando de apodararse del mundo a travez de la economia y la politica.
    y ahora se invento el verichip el nuevo tipo de dinero busca y lee sobre eso te lo inyestaran bajo la piel y no podras comprar ni vender sin esta capsula un poco mas grande que un grano de arroz ya esta en sirculcacion en varios lugares y copara todo el mundo y esta es la famosa marca del diablo 666 por ahora tiene 16 digitos y cuando llegue a 18 digitos bendra el anticristo por medio de la masoneria y de la politica por que 18 digitos dividido 3 es 6 osea 6+6+6 la marca del diablo.
    esto lo predijo jesus y en el apocalipsis de juan.
    no soy religioso solo he leido mucho y he analizado bastante.
    busca en youtube el verichip sera peor que las tarjetas de credito y nos tendran mas controlados por satelites ya que este verichip tiene un tipo de localizador GPS bueno solo te doy este pequeño adelanto gracias por el informe esta muy bueno saludos.

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